La actividad política de los últimos días ha dado mucho de qué hablar, a nivel nacional se escucharon las quejas de los priistas que de algún modo han creído tener calidad moral para ahora -en tono de víctimas- señalar al PAN Veracruzano de imponer candidatos exduartistas para el próximo proceso electoral (cosa que además sí es cierta y nos consta).
Sí, renegando ahora de toda esa gente que hasta hace unos años consideraban encarnaciones del nuevo PRI y por quienes han decidido volver a su vieja fórmula (que de hecho nunca cambió).
Todo, porque en esta pelea por ver “quién es más paladín de la justicia”, el dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya, dijo que levantarían denuncias contra funcionarios priistas federales que desviaban recursos de programas sociales para condicionar el voto a favor del PRI.
Ni tardo ni perezoso Enrique Ochoa Reza, jefe nacional del tricolor, dijo que eso era una cortina de humo para desviar la atención del caso Veracruz (y miren que de cortinas de humo, ellos saben…).
Lo cierto es que mientras PRI y PAN a nivel nacional se intentan sacudir a los exduartistas, a nivel local todo es cierto, priistas en el PAN, panistas en el PRD, perredistas en ningún lado… en fin.
Por lo pronto Veracruz se hunde entre el descontrol de la delincuencia, asesinatos de periodistas, maestras o cualquier ciudadano en la indefensión, miles de hogares con ausencias y cientos de cuerpos en fosas que no han podido ser identificados; pero sobre todo, excusas de la autoridad, las de siempre, que la culpa es de las administraciones anteriores, que dejaron sin recursos y que por eso el primer año del gobierno de la alternancia avanza sin resultados y sin poder cumplir con la promesa de regresar la paz a este pueblo que con todo eso en la cabeza, en pocos meses volverá a tomar una gran decisión en las urnas. Veremos los resultados.
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